Abocada
a la tarea imposible de enseñar a cantar, sabiendo que el arte del canto –como todas
las artes, se aprende de la vida. De la vida propia, pasada y presente, de
nuestra historia, de la voz de nuestra madre, y de nuestras vivencias. De la
vida de los otros, de las obras de cantantes, músicos, poetas, escritores,
actores, artistas todos, que nos influencian, alimentan y forman.
Luego el
ingrediente misterioso: el deseo, que escapa a la voluntad, al voluntarismo y
al conocimiento -y no me engaño ni engaño a nadie al respecto, que como maestra
no puedo dar ni imponer.
Es,
finalmente, en la humilde práctica, en donde baso mi labor, donde puedo
acompañarlos y aportar mi experiencia, para que sea una práctica basada en la
alegría cotidiana y el placer, en la propia verdad, en el autoconocimiento, en
la disciplina material y espiritual.
No hay trucos ni recetas, a cantar se aprende cantando, y aquí estoy para escuchar y acompañar
en el camino.
The Singing Lesson, Henry de Toulouse Lautrec