vivías sin estaciones
talado
condenado
hundido
en un pozo de sombras
alzamos tus brazos caídos
al aire y a la luz
llegó abril
y te pusiste verde
renacido
con el verano
tu sombra era como un río
de pequeñas hojas
tornasoladas
y
una nevada de pétalos
un día
tornaste amarillo
el verde cansado por el sol
y nos tendiste la alfombra crujiente
de hojas ocres
tus ramas
desnudas son trapecios de mirlos
desnudas son trapecios de mirlos
que acunan tu sueño herido
mientras guardas el profundo
secreto de la vida