22.6.11

pobre, pequeña voluntad

La voluntad, que a la razón pertenece, en todo se inmiscuye. A los gestos mínimos que el cuerpo acostumbra acude, “para ayudar”, dice, la inmodesta. Pretendiendo dirigir el latido de la sangre, la emisión de la voz, y gobernar el compás de las galaxias interiores, embrolla, descompensa, retrasa, bloquea o acelera el ritmo de los órganos, des-concierta siempre. Pobre, pequeña voluntad que del impulso que rige los planetas, los ciclos y las estaciones se cree independiente, cuando no es más que un fragmento, un diminuto, disperso, inútil fragmento de voluntad cristalizada. Chantal Maillard