13.12.11

herencia-inventario

la vida de mi abuela
primero la nieve
y después
la ausencia de la nieve.

Dice Lars Von Trier que los daneses solo se emocionan una vez al año, delante del árbol de navidad.
Y debe ser verdad. Porque qué oscuro impulso me obliga diciembre tras diciembre, en el hemisferio norte o en el sur, a armar semejante artilugio. Si no es la determinación genética, es la memoria de mi abuela danesa cortando una rama del abeto de su jardín suburbano para adornarla con copos de algodón blanco -una pésima imitación de aquella nieve añorada en el calor del verano argentino- y guirnaldas de banderitas de Dinamarca.

árbol de navidad by Mitia