7.11.12

tres gracias

Esta mañana mientras las tres
estábamos concentradas en esa canción,
atraído por las voces
por el sonido de las cuerdas de la guitarra
y por el misterio de la melodía,
un pájaro pequeño con el pecho rojizo
chocó contra el vidrio de la ventana,
-interrumpimos la tarea y nos asomamos-
lo vimos irse volando torpemente
y perderse entre las hojas todavía verdes
del árbol. Volvimos a la canción
como tres aves a su rama.