9.12.12

notas sobre Tangos Bajo el Cielo de París


Un tema es París y Buenos Aires
no podemos decir que se parezcan mucho
(aunque no faltan los que se empecinan)
pero lo cierto es que a Buenos Aires siempre le ha gustado mirarse en ese espejo
-y supongo que es un complejo que compartimos con otras ciudades y lugares del mundo-
tanto es así que tuvimos que esperar a que el tango sea reconocido allí para mirarlo con más respeto


otro tema es el argentino emigrado/exilado en París
como lo fue Julio Cortázar
que mira a Buenos Aires desde la posición privilegiada que da la distancia
volviéndose paradójicamente más porteño
sumergido en la sopa de la cultura europea que tanto nós influyó


                                    y un tercer tema, que es el que quizás se ve más representado en este repertorio,
es el de las mujeres
 que en la primera mitad del siglo XX
y con el comienzo de una silenciosa revolución social
salen a ganarse su propia vida
muchas veces intentado, y no siempre consiguiéndolo, escapar de la prostitución
y aquí es donde se parecen las historias de Edith Piaf
y las cupletistas primero, las cancionistas después
del Buenos Aires de la época de oro del tango
y la sugerente aparición de otro personaje femenino emblemático
que es la “francesita” que emigra a Buenos Aires
y acaba con sus sueños y su propia salud en los cabarets del centro
“al arrullo funeral de un bandoneón”


El tango es una música y una poesía hecha de muchas influencias
 es el gran catalizador de una cultura autóctona de raíz africana
con la cultura de la inmigración europea: la música judía,
la canzonetta napolitana,
el tanguillo andaluz,
la copla,
muchas veces cuando escucho una chanson,
cuando escucho a Leo Ferre, a Barbara, a Brel,
me huelen a tango,
y esta apreciación pasa más por las letras,
por un tipo de poesía
que cuenta con gran belleza y emoción que
la vida pasa, inexorablemente.