Un
tema es
París y Buenos Aires
no podemos decir que se
parezcan mucho
(aunque no faltan los
que se empecinan)
pero lo cierto es que a
Buenos Aires siempre le ha gustado mirarse en ese espejo
-y supongo que es un
complejo que compartimos con otras ciudades y lugares del mundo-
tanto es así que
tuvimos que esperar a que el tango sea reconocido allí para mirarlo con más
respeto…
otro tema es el argentino emigrado/exilado en París
como lo fue Julio
Cortázar
que mira a Buenos Aires desde
la posición privilegiada que da la
distancia
volviéndose
paradójicamente más porteño
sumergido en la sopa de la cultura
europea que tanto nós influyó
y un tercer tema, que es el que quizás se ve más representado en este repertorio,
es el de las mujeres
que en la primera mitad del siglo XX
y con el comienzo de
una silenciosa revolución social
salen a ganarse su
propia vida
muchas veces intentado,
y no siempre consiguiéndolo, escapar de la prostitución
…
y aquí es donde se
parecen las historias de Edith Piaf
y las cupletistas
primero, las cancionistas después
del Buenos Aires de la
época de oro del tango
…
y la sugerente
aparición de otro personaje femenino emblemático
que es la “francesita”
que emigra a Buenos Aires
y acaba con sus sueños
y su propia salud en los cabarets del centro
“al arrullo funeral de
un bandoneón”
El tango es una música y una poesía hecha de muchas influencias
es el gran catalizador de una cultura
autóctona de raíz africana
con la cultura de la
inmigración europea: la música judía,
la canzonetta
napolitana,
el tanguillo andaluz,
la copla,
…
muchas veces cuando
escucho una chanson,
cuando escucho a Leo
Ferre, a Barbara, a Brel,
me huelen a tango,
y esta apreciación pasa
más por las letras,
por un tipo de poesía
que cuenta con gran
belleza y emoción que
la vida pasa, inexorablemente.