12.4.13

...y la voz profunda, tranquila, pero que no descansa en sí misma como la de los así llamados ilustrados o sabios, sino oscilando hacia aquel a quien se dirige; que nada comunica y manifiesta de forma explícita, sino que resulta para uno como las vibraciones perceptibles de alguien que recuerda para sí: y eso se transmite a quien escucha como un sentimiento suave, musical. "Ser para uno mismo era lo más importante".
Peter Handke sobre Hermann Lenz