20.2.11

las cantantes de tango



A pesar de que se dice que el tango nació varón, o quizá por eso mismo siempre se le entreveraron las mujeres. Desde los oscuros orígenes en los prostíbulos, aquellas mujeres crearon y enseñaron la danza que hoy es motivo de admiración en todo el mundo.
Poco después las llamadas cupletistas empezaron a cantar canciones que sin saberlo ellas eran ya tangos, una de las cupletistas más renombradas fue Pepita Avellaneda que trabajó en los cafés concert y teatros picarescos a comienzo de siglo, y que terminó tristemente su carrera de estrella del cabaret atendiendo el guardarropa de damas de uno de aquellos mismos locales.

Ya en los años veinte y con el comienzo de una silenciosa revolución social en la que la mujer sale a ganarse su propia vida, nace la cancionista, y aquí encontramos una pléyade de nombres y talentos: Azucena Maizani, Rosita Quiroga, Libertad Lamarque, Mercedes Simone, Tania, Tita Merello, Sofía Bozan, Ada Falcón y la bandoneonista Paquita Bernardo. El teatro, las Revistas, la radio y después el cine favorecieron la profusión de la figura y la voz femenina en el tango.

Lo cierto es que desde ellas hasta las cantantes de nuestros días, es a mi criterio, muy importante la huella estética que han ido dejando las mujeres en el tango; empezando por la dulzura, el romanticismo, el buen decir (no olvidemos que muchas de ellas han sido o son también actrices), el humor y cierta ironía sobre los tópicos machistas que hoy en día nos resultarían ya patéticos en boca de un hombre.
Y lo que es verdad es que las mujeres del tango (como en todos los ámbitos) han ido haciendo su labor desde los márgenes, más desde la pura acción que desde los premios, los homenajes, los medios, los cargos y los lugares de poder.