aquellos en los que Azucena amasaba tallarines en un cuartito contiguo al estudio de grabación, mientras otros compañeros cantaban…
y a veces le tocaba el turno a ella!
...y estaba con las manos en la masa,
así, sin tiempo de limpiarse, iba y se paraba frente al micrófono
y cantaba con las manos blancas de harina.
Cantora clownesca del puerto de Buenos Aires.